miércoles, 27 de junio de 2012

Carta a Paula

Fuente

Paula…
No soy bueno escribiendo cartas, de hecho ni siquiera sé cómo comenzar una, pero creo que dar disculpas por no saber cómo escribirla no debe ser la forma más apropiada para comenzar.
Seré directo, escribo esta carta no con la intención de conseguir algo de ti, sino, con el deseo más profundo de que sepas lo que siento, de mostrarte mi interior, ese interior que por tanto tiempo ha estado oculto y que nadie ha sido capaz de descubrir hasta ahora. Quizás no sabes mucho de mí (Algo totalmente natural considerando que las únicas palabras que intercambiamos son un hola y un ¿Cómo estás?)  Es necesario entonces que sepas que no soy como los demás, esas personas que no tienen vergüenza de contar lo que les pasa, mi vida siempre ha sido un misterio para los demás, incluso para quienes tengo cerca. Esta será además la primera que vez que abra las puertas de ese lado tan escondido a otra persona, conocerás entonces esos pensamientos en los que desde hace mucho resides tú.

Se perfectamente que no sientes nada por mi e incluso creo saber el motivo, pero como te dije no busco nada con esto, es algo que a pesar de lo doloroso que resulta, decidí aceptar y esperar que el tiempo actúe como un buen remedio. Tampoco busco que sientas lástima y te esfuerces por darme una oportunidad sin sentido. En este momento solo quiero que sepas que además de gustarme, me arrepiento profundamente al punto de sentirme el más completo idiota en este mundo por no haber hecho nada cuando existió esa pequeña oportunidad que me diste ¿Realmente te gusté en algún momento? Durante todo este tiempo me he sentido culpable por creer que no aproveché la oportunidad que me diste, pero… podría estar siendo más idiota aun asumiendo una oportunidad que nunca existió y que tal vez a causa de mi estupidez, malinterpreté todo de una horrible manera. Pero quiero creer en tu palabra, quiero creer que cuando me dijiste que te gustaría tener algo lindo conmigo o que te gustaría conocerme más, estabas siendo sincera, que existió dentro de ti ese pequeño interés que despertó en mi (Cuando ya era demasiado tarde) eso que hoy siento por ti, el deseo de abrazarte, de ser feliz junto a ti, de tomar tu mano y caminar sin rumbo, sorprenderte con un beso inesperado, compartir locuras y deseos de desaparecer, de acabar con todo y ser los únicos en este mundo diferente para ambos. ¿Pero qué sentido tiene pedirte una oportunidad ahora, cuando no fui capaz de acercarme en el momento indicado a tu corazón? Tengo la culpa, soy tímido (Es extraño, porque no es la primera vez que digo eso a modo de disculpas) y me siento terriblemente culpable por no haber hecho nada para conocerte, por dejar que el tiempo, ese maldito tiempo que entierra amistades y momentos importantes bajo su polvo de olvido pasara inexorable ante nosotros. Bueno, ya es un hecho, el tiempo pasó y a mí no me importó hasta ahora, siempre estuve consciente que el tiempo pasaba y sin embargo, no reaccioné. ¿Si hubiese hecho algo antes, serían distintas las cosas? Entiendo además que no es correcto lo que estoy haciendo, sigo cuestionándome las cosas que no hice e intento ponerme en situaciones irreales cuando ya es tarde, cuando ya no tengo ninguna posibilidad. En este momento prefiero ser concreto. Me gustas, yo no a ti, me gustaría aun tener algo bonito contigo, mas no lo espero, me arrepiento de no haber hecho nada para conocerte y no haber aprovechado esa pequeña oportunidad que en algún momento me diste.
No pensé que me costaría tanto escribir esto, es difícil traspasar las ideas desde una mente cerrada hasta el papel, más aún explicar en palabras eso que se siente y que es por naturaleza completamente abstracto. ¿Cómo escribes que estás enamorado? Podría decir por ejemplo, que cuando te veo siento que nada más aparte de nosotros dos importa, que me siento de pie frente a ti con un fondo blanco a nuestro alrededor, nada existe y nada me interesa más que tú y otros más surrealistas dicen sentir mariposas revoloteando en su estómago esparciendo azúcar a su vuelo. En fin, ha sido difícil, pero no solo por el hecho de transformar lo abstracto en concreto, sino, que también porque al momento de escribir vienen en masa los recuerdos de tu persona, tu mirada, tu pelo, tus ojos oscuros comunes para muchos, pero únicos para mí, tu saludo cordial e indiferente, tus movimientos que conozco con total familiaridad, tu rostro de nieve cubierto perfectamente con esas pequeñas pecas que me hacen sentir el aroma del café a mi lado, tu irreverencia y dulce rebeldía, tu cuerpo pequeño, pueril y frágil, tu voz tan tímida como la mía… pero esos recuerdos por muy hermosos que resultan paradójicamente terminan por destruirme, por recordarme que nunca has estado y nunca estarás a mi lado, que siempre existirá una distancia fría como un telón de hierro separando nuestras vidas. Muchas lágrimas han brotado ya de mis ojos y no me avergüenzo de decir que he llorado, porque los hombres también lo hacemos y a veces muy seguido, pero somos demasiado orgullosos y hasta imbéciles para reconocer nuestras debilidades y aquello que amamos. Porque las lágrimas finalmente son eso,  la expresión más clara de nuestros deseos siendo destruidos.   Otras veces tus recuerdos me traen tranquilidad, pero resulta ser una paz efímera que termina bajo los pies de los deseos de llorar y desaparecer que surgen cuando pongo los pies en la tierra y logro darme cuenta de la terrible realidad, esa realidad que contradice mis sueños, la horrible realidad donde no somos nada.
El tiempo pasa rápidamente arrebatándonos todo sin la más mínima misericordia, pero estoy seguro que no será capaz de llevarse mis recuerdos por ti. Es verdad que veo en el tiempo un remedio a mi tristeza, pero si ese remedio consiste en olvidarte, prefiero seguir sufriendo aun sabiendo que no se puede vivir de recuerdos y quimeras.
Bueno, creo que he dicho todo lo que deseaba decir por lo menos a grandes rasgos. No sabría cómo continuar y no quiero caer en repeticiones innecesarias que no aporten nada al mensaje más que tiempo perdido al momento de leer.
Me despido esperando lo mejor para ti y que sepas por sobretodo que quiero que seas feliz y si eres feliz con otra persona, estoy dispuesto a sufrir viendo aquella imagen tuya junto a otro hombre, si eso dibuja una sonrisa en tu rostro, porque sé además que has sufrido tanto como yo. No me veas como una piedra en el camino o un impedimento a la realización de tus planes y aspiraciones personales.
No es necesario una respuesta mi niña.
PD: mientras escribía “Mi niña” recordé que así te llamas en mis pensamientos, eres simplemente “mi niña”, y es ridículo si lo piensas bien, porque nunca ha existido un solo lazo que me una a ti y me permita llamarte de esa manera con total libertad, como vez sigo viviendo en un mundo irreal, donde tu si eres “mi niña”
ATTE.
Edgardo Sandoval. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Recomienda este blog!